Solían encantarme los títulos que mi héroe, gurú de la recaudación de fondos y amigo, George Smith, daba a los discursos de apertura y cierre de los CEO en el Congreso Internacional de Recaudadores de Fondos (IFC). Eran simplemente “Descargo 1” y “Descargo 2”. Aunque nunca conseguiré equiparar su nivel, aquí les presento mi descargo del día.
Estoy harto de la hipocresía de los recaudadores de fondos… en especial aquí, en Europa. ¡Uff, ya está, me desahogué!
Después de pasar un octubre ajetreado durante una semana en el maravilloso e inspirador IFC en Holanda, seguido de una semana en Puerto Rico en la «Academia de Liderazgo» y la reunión de directorio de la Association of Fundraising Professionals, me sorprendieron mucho más las diferencias que las similitudes entre los recaudadores de fondos de ambos lados del Atlántico. En América del Norte los recaudadores realmente pasan a la acción, mientras que en la mayoría de los casos, los europeos solamente se quedan en palabras.
En los EE.UU. y Canadá la palabra que se emplea con más frecuencia es “filantropía” mientras que en Europa es “recaudación de fondos”… y me he estado preguntando por qué. No, esto no se trata simplemente de una clase de semántica: se trata de nosotros y de nuestra profesión.
Wikipedia define el término filantropía como el «amor a la humanidad» en el sentido de cuidar, nutrir, desarrollar y realzar “lo que significa ser humano”, tanto de parte de los benefactores (al identificar y ejercer sus valores en lo que respecta a donar y ofrecerse como voluntarios) como de los beneficiarios (al beneficiarse)”.
Mientras que recaudación de fondos se define como “una manera significativa en la que las organizaciones sin fines de lucro pueden obtener el dinero para sus causas. Estas causas pueden abarcar una muy amplia gama de temáticas, desde grupos religiosos o filantrópicos, hasta organizaciones de investigación, entidades públicas de radiodifusión y campañas políticas y problemas ambientales”.
Un término es básicamente humano mientras que el otro es un acto mecánico.
Entonces ¿por qué este descargo?
Porque en mis 30 años o más de trabajo en el ámbito de la recaudación de fondos y en el de la filantropía en alrededor de 60 países, nunca me encontré con un recaudador de fondos de América del Norte que no done, no se ofrezca como voluntario y, en muchos casos, no haya realizado una donación benéfica para la causa en la que trabaja, entre muchas otras causas por las que tenga «sentimientos filantrópicos». Y sí, de hecho se trata de “dar, recibir o retirarse» en los directorios de los EE.UU., incluida la AFP, en la que me desempeño. Dar se celebra, aplaude y reconoce.
En cambio, cuando pregunto a pequeños grupos de “recaudadores profesionales” dentro de una organización sin fines de lucro, como lo hice con un cliente en Austria la semana pasada (o como lo he hecho con las veintiséis organizaciones benéficas en la campaña conjunta de legados española), si donan dinero, son donantes habituales o han realizado un legado benéfico, en primer lugar recibo miradas perplejas y por lo general me responden: “Por supuesto que no, trabajo para la organización benéfica”. Recibo las mismas respuestas en las conferencias de recaudación de fondos cuando pido que levanten la mano. Al parecer, sabemos mucho en cuanto a recibir, pero muy poco en lo que respecta a dar.
En Europa somos recaudadores de fondos “profesionales”, pero no hemos logrado todavía evolucionar hasta convertirnos en filántropos “humanos».
Feliz Día Nacional de la Filantropía atrasado. Les aviso que fue el 15 de noviembre, por si se lo perdieron porque estaban demasiado ocupados donando, cambiando su testamento o estableciendo una donación mensual para la organización sin fines de lucro para la que trabajan.
- Autor: Daryl Upsall
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- Fuente: http://101fundraising.org