El hashtag… ¡Cómo no se me ocurrió a mí!

27245-the-hashtag-pic1El hashtag (#) era un símbolo olvidado en nuestros teclados, tanto que hasta nos costaba encontrarlo porque no necesitábamos tenerlo a mano. Pero hoy todo fundraiser debería estar usándolo, porque es una de las maneras más simples de conectar personas a una causa -y en caso de que te lo estés preguntando, está junto al número 3-.

Creo firmemente que cada uno de nosotros tiene la oportunidad de cambiar el mundo. Esta certeza significa que me identifico como activista, como voluntario y -por supuesto- también como donante. Asumo estos roles porque quiero ser un buen ciudadano y las causas que elijo apoyar son solo eso: mi elección.

Hasta hace muy poco, alguien como yo hubiese elegido una organización basado en sus propias experiencias, intereses, o tal vez por lo que estaba sucediendo en el mundo. Esa organización hubiese recibido mi donación, me hubiese agradecido, y habría seguido adelante con su trabajo, cualquiera fuese.

Luego, cuando entramos realmente en la era digital, las organizaciones generaron peticiones, marchas virtuales y otras formas de alentar a los donantes como yo para que nos comprometiéramos con una causa y mostráramos nuestro apoyo más allá de las donaciones.

De esa manera nos dieron muchas más oportunidades de ser aquellas personas que queríamos ser: buenos ciudadanos del mundo.

Y aún más recientemente, los activistas y donantes descubrieron que realmente tenían el poder para organizarse como agentes de cambio sin necesidad de organizaciones de ningún tipo. Facebook, Twitter y YouTube nos dieron todo lo que necesitábamos para lanzar y posicionar un movimiento propio.

Pero estas plataformas son solo la punta del iceberg. Así como ha cambiado la manera en que usamos las redes sociales e Internet, también lo han hecho las maneras en que podemos mostrar nuestro apoyo, nuestra voz o nuestras opiniones, y hacerlos llegar a personas que piensan de manera similar. Y esto me lleva a la idea que me gustaría haber tenido: el hashtag.

Un pequeño y brillante simbolito con el poder de conectar personas con una causa que les importa. Funciona porque es tremendamente simple, algo fundamental en cualquier campaña.

Y lo hace así:

1) Es un sencillo CTA (llamado a la acción)

El hashtag es mucho más que un simple hipervínculo: es un «haz clic aquí». Cuando usas el hashtag te permite crear tu propio CTA sin importar lo que hagas o dónde estés.

2) Es una manera sencilla de empoderar a las personas y ayudarlas a empoderarse por sí mismas.

Sea #blacklivesmatter, #jesuischarlie, o incluso una campaña local de la cual no hemos escuchado antes, el hashtag significa que las personas están atrayendo por sí mismas a otras a su causa y no presuponen que eso es trabajo de la organización. Cada hashtag tiene una historia, una causa, un mensaje y un llamado a la acción. Y, lo más importante, la habilidad de crear una conección directa entre todos los que lo usen. La simplicidad del hashtag aprovecha nuestro deseo inherente y poderoso de participar en la sociedad civil, y eso en sí mismo es inspirador para los fundraisers, los que hacen campañas y los que están en marketing. Pero su simplicidad también significa que una sola persona puede por sí misma empezar un movimiento.

Por supuesto, si las organizaciones no se suman y apoyan las iniciativas propulsadas por las personas, se pierden una valiosa oportunidad de conectarse con donantes y activistas nuevos. El hashtag no debe ser considerado como una amenaza por las organizaciones tradicionales, sino como una oportunidad de compromiso, como en los casos de #aidtorefugees, #icebucketchallenge or #sharethemeal. En realidad, como se puede ver en los ejemplos citados, hay muchas iniciativas (y hasta movimientos) creadas por el público, y muchas que fueron generadas por organizaciones. El hilo conector entre ellas, por encima de sus brillantes propuestas, es que lo único que necesitaron para comenzar fue un hashtag y unas pocas palabras para contar su historia.

La información siempre será clave, pero el factor decisivo que nos ayudará a cambiar el mundo es estar conectados unos con otros, para actuar como un grupo. Eso es exactamente lo que el hashtag hace tan bien: convertir a ese «todos juntos» en un objetivo más fácil de lograr. ¡Y eso es lo que me encantaría que se me hubiese ocurrido a mí!

Esta idea fuenpresentada en SOFII’s IWITOT, International Fundraising Congress, octubre 2015.

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