Creo que se le cayó una «N» a mi ONG

6833272548_2098d93f87Un perro es un NO gato, y una porción de pizza es una NO mousse de chocolate. ¿Te imaginas definiendo las cosas por lo que no son?

Recuerdo que en la escuela me explicaron que no debemos construir definiciones por lo que una cosa NO es.

Y luego, a poco de ingresar a la Universidad, tomé contacto con una sigla: ONG. ¿Y qué es eso? ONG significa Organización NO Gubernamental. O sea que se define por lo que no es… Bien. Con el correr de los años entendería por qué en este caso se hizo una excepción a la norma lingüística que prohíbe definir algo por lo que no es: había en ese NO una toma de posición política, ideológica y estratégica. «NO somos el gobierno».

En muchos casos a lo largo de la historia, las ONG han sido y son precisamente los denunciantes del gobierno, los polícías del gobierno, el dolor de muelas del gobierno. Así, sobran los casos en la historia en los que ONG han sido víctimas de ataques, casi siempre mediáticos pero también, dolorosamente,  a veces físicos y mortales, por parte de gobiernos.Uno de los casos más recientes fue el bombardeo por parte del gobierno de los Estados Unidos a un hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán, en octubre de 2015.

Sí, ya sé. Ahora a las ONG se las llama OSC, porque son «Organizaciones de la Sociedad Civil». También OSFL (Organizaciones Sin Fines de Lucro). Si bien hay sutilezas en el cambio de etiqueta, la mayor parte de quienes trabajan y colaboran no ven la diferencia. OSC, OSFL y ONG es casi lo mismo en términos prácticos.

Ahora, me pregunto: ese cambio de etiqueta, ¿no esconde la pérdida de uno de los valores más grandes que tenían las ONG: el de la capacidad de denunciar, criticar, observar, alertar… dicho en latino, de contarle las costillas al gobierno de turno?

Yo creo, aunque duela admitirlo, que sí.

Porque, si ya no me defino como NO Gubernamental, bien podría ser Gubernamental, sin faltar a mi nombre. ¿Y qué es ser gubernamental? Ser operador, brazo ejecutor o vocero de un gobierno.

La mayoría de las hoy OSC coincidirían en que no son nada de eso, pero… si reciben dinero del gobierno para su funcionamiento: ¿están seguras de que no lo son?

¿Es independiente, o libre, una entidad que recibe fondos del gobierno? ¿Puede libremente alertar a la ciudadanía sobre un abuso de poder, o un acto de corrupción del que es testigo, si el gobierno en cuestión paga sus cuentas y sus sueldos?

Existe además otra forma de mirar esto: el ciudadano, que con sus impuestos alimenta el presupuesto del Estado, para que el Gobierno haga su trabajo, ¿no debería tener derecho a opinar si su Gobierno está financiando a una entidad que tiene un claro posicionamiento sobre un tema? Por ejemplo, un ciudadano que cree y apoya la educación pública, ¿estará contento si el Estado dona dinero a un colegio privado? O un ciudadano no creyente, ¿estará contento si el Estado dona dinero a una entidad religiosa? Aclaración: no hablo aquí de subsidios o auspicios, que están contemplados en los presupuestos públicos, oportunamente discutidos y aprobados en el Poder Legislativo, y que forman parte del quehacer del Estado. Hablo de las donaciones de dinero sin cargo fijo, o destinadas a financiar estructura, fruto del accionar discrecional de un funcionario del Poder Ejecutivo.

La independencia es uno de los valores más grandes que puede tener una OSC, ONG, OSFL, u Organización del Tercer Sector. Las más prestigiosas y valoradas son aquellas que dan testimonio, con la palabra, de lo que ven. Y lo dicen sin miedo, con la autoridad moral del que no le debe nada a nadie más que a las poblaciones a las que asiste.

Esa independencia sólo es posible si el dinero para el funcionamiento proviene, atomizado, de los bolsillos particulares y personales de miles o millones de personas o empresas que eligen a una u otra organización para que haga aquello que uno quiere pero no puede hacer sólo: atender víctimas de una catástrofe, dar oportunidades educativas, crear un museo, una reserva ecológica,  encontrar la cura contra una enfermedad mortal, etc.

Las Organizaciones deben ser operadores, brazos ejecutores y voceros… de la voluntad de millones de personas que quieren un mundo mejor. No del gobierno de turno.

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